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La brecha alimentaria en el Eo, datos para el reequilibrio

La brecha alimentaria es simplemente el resultado de resultado de comparar la producción de alimentos con el consumo de los mismos en un territorio determinado, una cuenca, una comarca o un estado. De manera general se enmarca en lo que se entiende por análisis del Desequilibrio Subministro-Demanda de Servicios Ecosistémicos, siendo evidentemente la producción de alimentos uno de dichos servicios. La identificación de los desequilibrios ayuda a disminuir las tensiones entre el ser humano y el territorio, facilitando la construcción de caminos basados en el Concepto de Desarrollo Sustentable a nivel local, nacional, etc.

Lo ideal es que estos estudios de desenvuelvan en ámbitos con limites biofísicos específicos, con fronteras claras desde el punto de vista económico, ecosistémico y geográfico, constituyéndose en una unidad de intercambio de materia, energía e información bien definida. Entonces las cuencas fluviales (cuencas alimentarais asociadas) son las mejores candidatas, aunque cualquier otra entidad territorial que sea de nuestro interés es válida. La estrategia alimentaria EO-Alimenta se enmarca en un ámbito territorial óptimo.

Para estudiar la capacidad de autoabastecimiento recorremos por lo tanto al análisis de la cuenca alimentar del Eo, es decir, al área biogeográfica en la que los alimentos se producen y consumen, considerando, en esta ocasión, los municipios de Ribadeo, A Pontenova e Trabada en Galiza y los de Castropol, Vegadeo e San Tirso de Abres en Asturies.

Los Métodos

Para el análisis de los (des)equilibrios fueron utilizados datos estadísticos oficiales, a nivel estatal y nacional:  superficies actuales dedicadas a cada cultivo (Instituto Galego de Estatística (IGE ) y   Superficies y Rendimientos de Cultivos (ESYRCE)). Necesidades de consumo (Panel de consumo alimentario-Ministerio de Agricultura e Pesca, Alimentación y Medio Ambiente).  Rendimientos de los distintos cultivos (“Rendementos de cultivos” -a Xunta de Galiza- y ESYRCE). Las superficies necesarias se calcularon dividiendo las necesidades medias de consumo entre ls rendimientos medios de los cultivos. Las necesidades de consumo de productos animales procedentes de la ganadería ligada a la tierra deriva de la superficie imprescindible para contribuir a la alimentación del ganado bajo la hipótesis de mantenimiento de los actuales sistemas productivos. Es importante destacar que las estadísticas oficiales no siempre reflejan todas las producciones, ni cualitativa ni cualitativa, ya que las pequeñas superficies (autoconsumo, etc.) no son consideradas.

Tabla 2. Balance por Municipios.

Como podemos comprobar la brecha alimentaria existente se traduce en un claro desequilibro entre las superficies actuales de producción y las necesarias. La brecha alimentaria se hace evidente tanto a nivel de cuenca como si consideramos los Municipios de manera individual, siendo que en alguno de ellos no existe ninguna hectárea para determinas culturas (recogida por las estadísticas oficiales), e.g. leguminosa grano, cereales grano o hortícolas.  En las dos riberas tenemos un “exceso” de superficie ocupada por prados, praderías e cultivos forrajeros.

Los Por qué?

Esta situación de desequilibro, de brecha alimentaria y baja sustentabilidad, tiene como origen el diseño de estructuras-puntos de encuentro entre los estados y los grupos privados de interés para diseñar un sistema agrario bajo la única perspectiva de la producción en Kilos, Litros y Euros, la Economía de Escala.

Se configuran Políticas y Estructuras para generar valor monetario y e humano y después desarrollar mecanismos de apropiación a muy pequeño coste del valor global generado (Apropiación del Capital Natural y del Capital Social).

El proceso facilitado por la combinación de Políticas de estado y Grupos Privados de interés origina la producción de regulaciones /normativas /políticas agrarias y derivadas “ad hoc” para favorecer dita generación de valor natural y valor humano y su apropiación a bojo coste.

Esta confluencia de intereses implica igualmente una baja sustentabilidad, ya que los cultivos predominantes de forraje utilizan normalmente maíz transgénico (la agricultora no es dueña de la semilla), herbicidas y biocidas, guían para la pérdida de diversidad de cultivos, para la importación de grandes cantidades de insumos (e.g. soya transgénica del Brasil) y de tecnología (brecha de conocimiento).

Además, este modelo agrario no favorece la creación de capital social, el tipo de producción no precisa o Mercado Local (e.g. monocultivo de la leche).

Los Futuros

Hay otra visión de la agricultura, una Agricultura para producir bienes útiles para la sociedad, una agricultura activa, sensata, relacional y viable a pequeña escala que está en equilibrio con el capital natural y crea capital social. Una agricultura soberana. Este modelo no es ninguna novedad, de hecho son viejas propuesta de comprobado y óptimo funcionamiento (FAO, IATP-USA, etc.).

Desde EO-Alimenta trabajamos en esa última dirección con un Pesimismo Esperanzador (la fuerza obscura es poderosa).

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